¿ Cómo afecta el cambio de hora a las personas mayores ?

Las personas mayores son más sensibles a los cambios de hora que las personas jóvenes. Su organismo va más lento y por ello, los cambios de hábito y rutinas son más difíciles de asimilar. Por este motivo cualquier cambio de hora puede afectarles a la triada funcional y que conlleva un efecto global en su persona, llegando incluso a sentirse más intranquilos o con mayores picos de problemas de salud mental debido a estos cambios.

Podríamos dividirlo en tres puntos principales los problemas añadidos por el cambio de hora. El sueño, la alimentación y el estado de ánimo de las personas mayores.

El sueño puede ser interrumpido por el cambio de hora. Las personas mayores pueden tener dificultades para conciliar el sueño y para permanecer dormidas debido a que sus ritmos circadianos (o ciclos de sueño-vigilia) se han ido alterando con el paso de los años.

Los ritmos circadianos se deterioran con los años debido a factores genéticos y ambientales. La edad, el stress, la contaminación y la luz artificial pueden interferir en los ritmos circadianos, dificultando el sueño, la digestión y el metabolismo.

Los cambios de hora pueden también afectar la alimentación de las personas mayores, pueden tener problemas para acostumbrarse a los nuevos horarios de las comidas. Cuando se producen cambios de hora, nuestro cuerpo se tiene que adaptar a ellos. Y esto puede afectar a nuestra alimentación. En primer lugar, es importante que sepamos que nuestro reloj interno se adapta a los cambios de hora de forma gradual. Por este motivo, no notamos los cambios de hora de forma inmediata.

Sin embargo, nuestro reloj interno puede influir en nuestro apetito. Por ejemplo, cuando se adelanta el reloj en invierno, es posible que tengamos menos apetito.

Por otro lado, los cambios de hora pueden afectar a nuestro sueño. Cuando se adelanta el reloj, es posible que nos despertemos más temprano. Todo esto puede influir en nuestra alimentación. Por ejemplo, es posible que nos apetezca menos comer o que nos cueste más conciliar el sueño. Es importante que estemos atentos a estos cambios y que tratemos de adaptar nuestra alimentación a ellos.

Puede afectar el estado de ánimo, ya que pueden sentirse cansadas y deprimidas al no poder descansar correctamente y no comer cómo se está acostumbrado, después de un cambio de hora.

Cuando se adelanta el reloj, se pierde una hora de sueño, y eso puede afectar el estado de ánimo de las personas mayores. Además, el cambio de hora puede interferir con el ritmo circadiano, que es el ciclo de sueño-vigilia. Cuando se cambia de hora, el ciclo de sueño-vigilia se puede alterar, ya que el cuerpo tiene que acostumbrarse a dormir y despertarse en una hora diferente. Esto puede interferir con el descanso y la energía durante el día.