Cambio Centro de Día a Residencia | Transición Suave | Centro Mayores Cataleya

Recuerdo a Doña María, una de nuestras usuarias del centro de día. Siempre llegaba con una sonrisa radiante, lista para participar en las actividades y compartir risas con sus compañeros. Pero con el tiempo, notamos un cambio sutil. Sus pasos se volvieron más lentos, su sonrisa un poco más tenue. Las noches en casa, sola, se hacían cada vez más largas y difíciles.

Un día, su hija nos confesó con lágrimas en los ojos: «Mamá necesita más de lo que podemos darle en casa. Necesita cuidados constantes, compañía día y noche. Estamos pensando en la residencia permanente, pero nos da miedo el cambio, tanto para ella como para nosotros».

¿Te suena familiar esta historia? Si estás considerando la transición del centro de día a la residencia permanente en Cataleya, es normal sentir una mezcla de emociones entre preocupación, tristeza, incertidumbre… Pero también esperanza.

En este artículo, queremos acompañarte en este viaje, brindarte información, comprensión y apoyo para que esta transición sea lo más suave y positiva posible, tanto para tu madre/padre como para ti.

¿Cuándo es el Momento Adecuado para el Cambio?

No hay una respuesta única para esta pregunta, ya que cada persona y cada familia son diferentes. Sin embargo, hay algunas señales que pueden indicar que es el momento de considerar la residencia permanente:

• Necesidades de cuidado crecientes: Si requiere asistencia constante con las actividades diarias, como bañarse, vestirse o comer, y la familia no puede proporcionarla las 24 horas del día, la residencia es la mejor opción.
• Problemas de salud: Si la salud se ha deteriorado y necesita supervisión y cuidados especializados, la residencia ofrece un entorno seguro y con personal capacitado para atender sus necesidades.
• Aislamiento social y soledad: Si se siente solo o aislado en casa, la residencia puede brindarle oportunidades de socialización e interacción con otras personas.
• Carga familiar: Si el cuidado en casa se ha vuelto abrumador, afectando tu salud física y emocional, la residencia ofrece un respiro familiar por un tiempo y pensado en tu tranquilidad.

El cambio de centro de día a residencia permanente es un proceso emocionalmente desafiante, pero en Cataleya nos esforzamos por hacerlo lo más suave y positivo posible.

• Comunicación abierta y honesta: Hablar sobre la posibilidad de la residencia, explicando los beneficios y respondiendo a sus preguntas y preocupaciones con paciencia y empatía.
• Visita al centro: Conocer las instalaciones, el personal y otros residentes suele ayudar a familiarizarse con el entorno y sentirse más cómodo con la idea del cambio.
• Participación en la toma de decisiones: Involucrarle en la elección de la decoración y las actividades que le gustaría realizar en la residencia le dará un sentido de control y autonomía.
• Apoyo emocional: Brindar apoyo emocional durante la transición, escuchando sus sentimientos y ofreciéndole palabras de aliento y cariño.
• Mantener el contacto: Visitarle con frecuencia, llama por teléfono tanto como desees o escribirle cartas le ayudará a sentirse querido.

La transición del centro de día a la residencia permanente es un paso importante en la vida de toda persona, pero no tiene por qué ser un momento de tristeza o miedo. En Cataleya, estamos aquí para acompañarte en este viaje, brindando el apoyo y los cuidados necesarios para que esta nueva etapa esté llena de tranquilidad y compañía.